Sebastián García Vázquez

El pintor del Andévalo

Con el recuerdo imperecedero de la obra del pintor Sebastián García Vázquez, os mostramos a través de esta página web una visual retrospectiva de su vida artística para que sirva en el futuro como una llama viva que permanezca siempre encendida.

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Análisis pictórico de la obra por José Luis Domínguez Navarro

Detalle de algunas de sus obras donde se aprecia la pincelada corta

Detalle de algunas de sus obras donde se aprecia la pincelada cortaDetalle de algunas de sus obras donde se aprecia la pincelada corta

Eugenio Hermoso, como maestro en sus inicios de aprendizaje en Huelva, le marca en sus composiciones y color. Más tarde se va independizando y creará un estilo propio cargado de personalidad y amor a su gente y a su tierra.

El color en la obra de Sebastián García Vázquez, es de una suavidad y ternura inusual que le caracteriza. Al igual que los artistas barrocos él busca la atmósfera, utilizando una paleta mas cercana al impresionismo, con azules, violetas, verdes azulados, carmines, amarillos, naranjas y rojos de cadmio, colores usados en la paletas de artistas onubenses alumnos de Eugenio Hermoso, como Pedro Gómez, Antonio Brunt, Martín Estévez y otros. Sebastián añade a sus particulares y suaves verdes de óxido de cobre, las tierras ocres y rojizas de los óxidos de hierro de las minas y tierras del Andévalo onubense, así como grises de negros característicos de la escuela madrileña de San Fernando, donde se formó académicamente. Su pincelada corta con esta paleta será su característica más importante. Sebastián en su escrito “la expresión y lo expresado” dice que en la pintura lo que importa es que nos atraiga más lo que nos dicen que la forma de decirlo. “No nos importa que los pinceles se hayan llevado de esta manera o de la otra, o que la pincelada sea grande o pequeña. Cuando es así, la técnica le va saliendo al pintor casi sin darse cuenta, porque le presta poca atención”.

Esta paleta y esta forma de pintar es la que siempre le acompaña en sus largas estancias en Sevilla, donde va a residir por su labor docente en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría.

Nunca se influenciaría de los pintores sevillanos del momento que son costumbristas y fieles al sevillanismo como Alfonso Groso, Santiago Martín, y otros que marcaban la “Academia Sevillana”. Fue amigo de pintores más innovadores con conceptos traídos de Paris, como Miguel Pérez Aguilera con el que compartía la enseñanza de dibujo del natural en la Escuela Superior de BB AA de Sevilla, Antonio Cano escultor o Amalio García del Moral. La pincelada corta y la búsqueda de la luz en sus paisajes llenaron a García Vázquez, más que las pinceladas aceitosas y barnices llenas de veladuras. Su obra se aproxima a la obra neo-impresionista por la sensación de frescura, muy del momento en los seguidores de los impresionistas.

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