La vida del pintor Sebastián García Vázquez
En esta ciudad vive y pinta, estando en activo de su Cátedra hasta el año 1.974, en que por disposición reglamentaria le fue concedida la jubilación. No por esto sus pinceles se sintieron jubilados, siguió pintando hasta el año 1.983, en que ya por dificultad en su vista decidió suspender su labor creadora.
La pintura del artista viene marcada en toda su trayectoria por dos etapas esenciales, una primera antes de residir en Sevilla, y una segunda de residencia total en esta ciudad.
La pintura de esta primera etapa de su vida en Puebla de Guzmán giraba en torno a modelos del natural, por la facilidad de encontrarlos, y en su segunda etapa, ya en Sevilla, se le planteó el problema de sus modelos, ante la escasez de los mismos, porque había que pagarlos. Así pues se decide a pintar de memoria, no sólo por la falta de sus modelos, sino también porque el artista pensaba pintar cuadros con temas difíciles de plasmar con modelos por delante, de aquí que en lo sucesivo realiza un tipo de cuadro más pequeño de formato, para llevar a él escenas de la vida cotidiana y sobre todo de la vida campesina en su comarca "El Andévalo".
Sebastián García, ha pintado una diversidad de temas, acaso como pocos pintores. Temas que ha pintado varias veces son: la siega, la tala del encinar, la labranza, pastorales, la familia comiendo, la comida en la era, el pobre vagabundo, mujeres desnudas bañándose en una rivera bordeada de adelfas floridas, carnaval de pueblo, figuras con trajes típicos de Puebla de Guzmán, la Virgen Pastora, el carpintero, la fragua, jugadores de cartas, pareja de Guardia Civil rural y otros muchos temas, todos ellos del campo andaluz.
Es de destacar en este pintor que toda su obra artística ha girado en torno al campo andaluz y a las costumbres campesinas, hoy en trances de perderse, por lo que sus cuadros serán mirados en un futuro como documentos reales de una vida campesina olvidada en el tiempo y por el progreso.
Aunque este pintor en realidad no ha pintado a Sevilla, tal vez por entender que Sevilla ha tenido muchos pinceles que la exaltaran, no obstante su obra ha tenido muchos admiradores entre el público sevillano, no en balde desde que llegó a esa ciudad jamás dejó de concurrir a todas las exposiciones colectivas de la ciudad como eran la Exposición de Primavera que organizaba el Ateneo de Sevilla y el Salón de Otoño organizado por la Real Academia de Bellas Artes, así como expuso en varias ocasiones en salas particulares de la ciudad, tales como "Galería Velázquez", "Pasarela", "Sala Aizpuru", "Salón del Ateneo", entre otras.